1.Mantener una actitud positiva y de respeto hacia el centro educativo y hacia el profesorado.
2.Crear un espacio de estudio fijo, funcional y confortable.
Debe ser siempre el mismo, cómodo, silencioso que invite al estudio y alejado de las distracciones.
Buena iluminación y posibilidad de ventilación.
3.Exigir un tiempo de estudio diario y adecuado al nivel educativo y características personales del niño.
4.Ayudarle a organizarse y a planificarse. Por ejemplo, elaborando un horario semanal con el tiempo de estudio y de ocio para colgar en un sitio visible de la habitación.
5.Potenciar su responsabilidad y autonomía.
Tienen que aprender que ellos son responsables de sus estudios, deberes y exámenes.
6. Supervisar su trabajo y mostrar disponibilidad.
Debe haber un equilibrio entre fomentar la responsabilidad y la supervisión.
7.Controlar las horas de sueño y la alimentación .
Los niños entre de entre 6 y 12 años necesitan dormir entre 8 y 10 horas, los de la ESO entre 7 y 9 horas.
La falta de sueño afecta negativamente al rendimiento escolar. De igual modo , una dieta inadecuada perjudica el progreso escolar.
8.Reforzar sus éxitos pero, sobre todo, su esfuerzo.
Funciona muy bien los elogios y las críticas constructivas.
9.Encontrar maneras de motivar. Deben establecerse pequeñas metas.
10. Mantener un contacto personal con el centro educativo, en especial con el tutor.
Es importante acudir a todas las reuniones que convoque el tutor a lo largo del curso.
En Infantil y Primaria la agenda escolar es un buen recurso para transmitir información entre el contexto familiar y el escolar.
Recogido de “La voz de la escuela”
Escrito por Ana T. Jack
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